







El
compás es la entidad
métrica
musical,
compuesta por varias
unidades de tiempo
(como la
negra o la
corchea).
Esta división se representa gráficamente por unas líneas verticales,
llamadas «líneas divisorias» o «barras de compás» que se colocan
perpendicularmente a las líneas del
pentagrama.
En
una obra musical escrita, las
notas y los
silencios que
estén comprendidos entre dos líneas divisorias componen un compás.
Un fragmento musical estará compuesto por el conjunto de compases
que lo conforman, los cuales tendrán la misma duración hasta que se
cambie el tipo de compás.
Los
compases, según la cantidad de partes de las que
constan, se pueden clasificar en binarios, ternarios o cuaternarios.
El
final de un fragmento musical u obra
se señala por una barra vertical doble, que también se usa para
señalar partes principales (unidades formales) de un trozo de
música, un cambio de compás o un cambio de
clave.

