Las plantas verdes
poseen en su estructura celular orgánulos especiales denominados
cloroplastos, que tienen la cualidad de llevar a cabo reacciones
químicas conocidas como fotosíntesis, o sea, de realizar
síntesis con ayuda de la luz solar.
La
palabra fotosíntesis proviene del griego y significa (foto) luz
y (síntesis) energía.
La luz es esencial para que las plantas puedan realizar el
proceso de la fotosíntesis.
Este es el proceso que sustenta la vida en nuestro planeta.
Las hojas de las plantas son como pequeños laboratorios
capaces de generar materia viva.
La fotosíntesis consiste en la producción de los compuestos
orgánicos necesarios para el desarrollo de las plantas.
El proceso es simple y extraordinariamente complejo a la vez, la
clorofila es la sustancia verde que proporciona su
característico color a las hojas, captura la energía del sol y
la utiliza para producir azúcar, el principal alimento de la
planta.
Además de la luz, la planta aprovecha el dióxido de carbono del
aire, el agua y las sales minerales del suelo: el agua y el
dióxido de carbono se transforman en carbohidratos y oxígeno
utilizando la energía de la luz solar, que queda atrapada por la
clorofila de las hojas de las plantas.
Podríamos decir
que en las hojas se encuentra el centro de operaciones.En
las hojas se
desarrollan los dos procesos vitales: la respiración y la
digestión de las plantas; la combinación de ambos tiene como
objetivo convertir la energía lumínica en energía química.
Todas las plantas utilizan la luz solar para elaborar la
energía que necesitan, razón por la cual las plantas no pueden
crecer si las colocamos en medio de una habitación oscura.
Las hojas poseen los estomas, unos agujeros diminutos
esparcidos por toda la superficie y que se encargan de controlar
la pérdida de agua de la planta al transpirar, es algo similar a
nuestro sudor.
Por este motivo es conveniente mantener limpio estos
"conductos de ventilación" para que las planta sufran menos,
especialmente en verano.
Para hacernos una idea, baste decir que cuando las plantas
se marchitan porque están en unas condiciones secas la planta
"suda" más, el agua se evapora con más rapidez y en mayor
cantidad, al tiempo que no recibe agua suficiente del entorno
(del aire y de la tierra).
Un nivel inadecuado de luz hace que el proceso natural se
ralentice y que la planta comience a sufrir un crecimiento lento
y a padecer la falta de flores. Una falta prolongada de luz dará
como resultado una planta con hojas pálidas y debilitadas.